El chef Xavier Pellicer dirige en Barcelona un nuevo restaurante que revela su evolución profesional y la forma en que, en estos momentos, entiende la cocina. En su brillante currículum, de corte académico, figuran estancias junto a grandes chefs franceses como Jacques Maximin y Alain Dutournier, además de períodos en los cuales trabajó junto a Santi Santamaria como jefe de cocina en el Racó de Ca Fabes, posición similar a la que desempeñó en el restaurante ABaC de Barcelona, donde obtuvo dos estrellas Michelin. Fue en Celéri, su penúltimo restaurante en la capital catalana, que abandonaría más tarde, donde inició su fascinación por la cocina verde, un sentimiento personal antes que una apuesta por un tipo de recetas.

A sus 51 años, libre de socios, acaba de embarcarse en un proyecto prometedor donde los productos locales, la agricultura biodinámica, el mundo de los agricultores y la cocina saludable aportan a su trabajo energía positiva, según sus propias palabras. «No trato de subirme al carro de las tendencias, sino de cocinar en armonía con la filosofía ayurvédica que practico. Los platos deben digerirse sin dificultad», asegura. Un propósito incipiente que, no obstante, sería premiado de forma acelerada un mes después de su inauguración por We’re Smart Green Guide (Guía Verde Gastronómica Internacional) como el mejor restaurante de verduras del mundo.